Los anclajes estructurales son elementos fijados permanentemente a una estructura, utilizados para absorber principalmente la tracción. Por ello, la instalación de ese tipo de estructuras requiere cálculos técnicos para determinar la resistencia que debe tener el anclaje. Pueden ser utilizados en superficies verticales, horizontales o inclinadas. Los anclajes son empleados con diversas finalidades: estabilización de taludes, estructuras de contención, absorción de esfuerzos en estructuras que han sufrido o sufren presión. Los anclajes estructurales pueden ser químicos, mecánicos e incrustados. Cada tipo de anclajes será recomendado para una edificación diferente.
Los anclajes son compuestos por cuatro partes, siendo que cada una es la responsable por una determinada función. La zona de bulbo, tiene como función transmitir las tracciones a las que son le son sometidas por el elemento tensor. La zona de libre alargamiento está situada entre la zona de anclaje y la cabeza; permite alejar y situar la zona de adherencia en niveles de terreno estable. La cabeza del anclaje es lo que lo conecta a la estructura y es la parte del anclaje que debe absorber la tensión de la armadura. Por fin, la armadura del anclaje es la que transmite los esfuerzos de la cabeza del anclaje hasta el bulbo (primera parte), pasando por la zona de libre alargamiento.
Existe más de una manera de realizar la fijación de un anclaje estructural. En primer lugar, la fijación mecanizada a una estructura (de madera o metálica). Asimismo, puede ser realizada la fijación por medio de soldadura; la fijación a través de un anclaje pasivo (aquellos que entran en tracción, es decir, comienzan su trabajo cuando comienza a producirse la deformación de la masa de suelo o roca); o la fijación a través de un anclaje activo (comprimen el terreno entre el anclaje y la placa de apoyo de la cabeza, es decir, desde el momento de su instalación comienzan a realizar su trabajo de tracción). Por otro lado, existe la posibilidad de que la fijación sea por medio de adherencia, en ese caso no se trata de un anclaje mecánico, sino químico, puesto que el taladro es relleno con una sustancia (resina). A continuación, se coloca el elemento de fijación compatible con la sustancia. Por ello hay una adherencia. Además, la fijación por forma es aquella que se hace por medio de un elemento de fijación que atraviesa el material de parte a parte. Por último, la fijación por razonamiento es instalada por medio de la introducción de un elemento de fijación dentro de un taladro.
Como citado líneas arriba, cada tipo de edificación requiere un tipo específico de anclaje. La determinación de tipo de anclaje, la fijación a ser utilizada y los cálculos y estudios relacionados a la resistencia del anclaje estructural deben ser realizados por un profesional de ingeniería, que debe seguir estándares cuya función es ofrecer la seguridad necesaria para una construcción.
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En fin, los anclajes estructurales sirven como refuerzo estructural versátil, pueden ser mecánicos, químicos o incrustados. Su instalación dependerá de los cálculos de resistencia y el tipo a ser empleado debe ser determinado de acuerdo a la función que espera que ese ejerza. Desde Montenegro Expersa podemos ayudarte a resolver dudas acerca de la instalación de esos importantes elementos estructurales.
