El término talud hace referencia a una superficie inclinada, con respecto al resto del suelo. Por sus características físicas, se requerirá la estabilización de taludes, con las técnicas adecuadas con la finalidad que no se derrumbes y dale la infraestructura aledaña. Es habitual observar este tipo de trabajos en los tramos carreteros construidos entre suelos elevados.
Básicamente, existen dos maneras en la que se forma un talud, a saber, natural y artificial. Como es de suponerse, los taludes naturales son formaciones geológicas que encontramos en la naturaleza, comúnmente denominadas laderas. Por otro lado, un talud artificial se forma con la intervención humana, habitualmente como resultado de la construcción de carreteras, vías ferroviarias y unidades habitacionales. En cualquier caso, para garantizar la contención del terreno, se requiere la estabilización de taludes.
Dependiendo de las circunstancias, puede tratarse de taludes temporales o permanentes. Por supuesto, en el caso de las construcciones temporales, comúnmente no requerirán refuerzos especializados o costosos. Sin embargo, la estabilización de taludes elegida deberá proporcionar de la resistencia necesaria al terreno para evitar un deslizamiento indeseado.
Causas por las que ejecutar la estabilización de taludes.
El principal motivo para la ejecución de la estabilización de taludes es prevenir un derrumbe. De forma natural, se vuelve inestable un talud en base a dos factores básicos. En primer lugar, la presencia de agua afecta considerablemente la firmeza del suelo. Por eso, son especialmente susceptibles los terrenos que tienen afluencia de agua subterránea. Como consecuencia, las cavidades generadas causarán inestabilidad al producirse derrumbes en el interior de las perforaciones acuosas. Adicionalmente, si fluye un torrente de agua por una sección superior del talud, puede producirse un deslizamiento del terreno. En cualquier caso, se debe corregir adecuadamente las merma de resistencia.
También se produce inestabilidad en los suelos si se localizan en lugares donde existe algún tipo de falla geológica. El movimiento constante de las placas subterráneas generan fricción, lo que produce vibración y desplazamientos del suelo. Su principal peligro radica en que es impredecible el momento en que habrá un movimiento grave y su magnitud. Como resultado, los suelos en estas zonas son altamente inestables, por lo que es recomendable realizar las correcciones necesarias con cierta frecuencia.
Como mencionamos anteriormente, las excavaciones realizadas para construir carreteras o edificios son otra causa de formación de taludes. En vista que se han modificado las capas terrestres naturales, estas paredes son altamente susceptibles a sufrir desprendimientos, en especial si se trata de suelo blando.
¿Cómo se estabilizan los suelos?
Existen diversas técnicas diseñadas para lograr la estabilización de taludes. Una de estas es mediante plantas ideales para crecer en condiciones de humedad abundante y que se caractericen por absorber mucha agua. Por supuesto, se prima el uso de especies autóctonas, pues se adaptarán fácilmente a las condiciones geológicas y climáticas a las que estarán expuestas.
En zonas que los taludes estarán en contacto extremo con el agua, se puede usar una técnica comúnmente denominada «enrocado». Para poder usar eficazmente esta técnica para la estabilización de laudes, las paredes a tratar deberán presentar un ángulos de inclinación adecuado. La razón es que se colocarán piedras sueltas para evitar el desgaste prematuro del suelo a causa del caudal acuático.
Otra técnica para la estabilización de taludes es la aplicación de hormigón en las paredes. Para que este sistema sea rentable, el revestimiento no deberá ser muy grueso, por lo que es especialmente útil en terrenos compuestos de materiales resistentes. Por sus características, no podrá usarse en terrenos blandos, pues una capa delgada de hormigón cedería fácilmente antes la vibración del suelo o el peso del material suelto.
Adicionalmente, suele utilizarse el drenaje de la plataforma para que el agua descienda por lugares previamente establecidos, evitando un mayor daño en el talud. Para lograr la estabilización de taludes, se construye un sistema de canales que desemboca en un punto de vertido. A este sistema se le suele denominar de bermas y cunetones.
Otro sistema ampliamente utilizado para reforzar un talud es mediante malla de triple torsión. Dentro de sus ventajas destacan la facilidad con la puede crecer vegetación en las laderas o paredes tratadas con esta técnica. Esto permite que aumente gradualmente la resistencia del talud, conforme aumenta el número de plantas. Por supuesto, el hecho que las mallas no proporcionen una contención uniforme, no puede usarse esta técnica en todos los taludes.
El muro de contención es otra técnica con la que se procede a la estabilización de taludes. Por sus características, no está recomendado para paredes muy elevadas, pues la contención no sería la adecuada. Además, su ejecución representa un coste elevado, especialmente por la enorme cantidad de hormigón requerida. Sin embargo, puede ser útil en taludes de menor tamaño, quizás en contenciones hechas para proteger viviendas. En cualquier caso, debe contar con la cimentación adecuada para garantizar que tenga la resistencia apropiada.