Los pozos son perforaciones a cielo abierto de gran diámetro realizado por una máquina perforadora hidráulica sobre camión normalmente.
Dicha máquina va acompañada por un camión auxiliar para el traslado de las herramientas, pala-excavadora para la retirada del terreno a pie de máquina y el posterior traslado de los tubos de hormigón al lugar de trabajo.
Una vez llegado al lugar donde se va a realizar el pozo, se coloca la máquina en un estado equilibrado, es decir, nivelado para la ejecución de la perforación. El segundo paso será levantar la torre que descansa en la parte superior de la máquina, ya que esta será por donde se introduzca y trabajen las herramientas necesarias para la realización del pozo.
La elección de la herramienta la lleva a cabo un operario gracias al conocimiento que tiene de la máquina. Terreno visible a perforar y a su experiencia de trabajo.
Los tipos de herramientas para realizar pozos son:
Las hélices y los buckets: Se utilizan indiferentemente en terrenos arcillosos, inclusive si las primeras son más fáciles de desencallar y los segundos tienden a conservar mejor el material de excavación.
Los buckets con fondo estanco: También se utilizan en la perforación cuando hay agua, puesto que impide la saluda de material de excavación.
Las hélices para roca: Se emplean cuando hay formaciones rocosas difundidas en el interior de los terrenos compactos.
Los extractos de muestras de núcleo con sierra (sin fondo): Garantizan la mínima desviación del eje del agujero cuando hay estratos continuos de roca. Tras elegir el tipo de herramienta, comenzará la perforación con un diámetro entre 800-1000 mm. La profundidad máxima es de 50 m., pero dependerá del caudal, nivel freático y del terreno. Terminado esta primera perforación se coloca la herramienta definitiva para darle el diámetro elegido. Una vez finalizado este ensanche se lleva cabo la colocación del hormigón deseado que no desde 800 a 2000 m. siempre y cuando la dureza del terreno lo permita.